Por Anabel Madiedo Oropeza*/La pupila insomne

Una vez más El Nuevo Herald crea artículos donde no cita la fuente. No es la primera vez que dedica desagradables y ambivalentes textos para desanimar a los que leen y crear una imagen de desolación miedo y terror, dando un espaldarazo a los intereses de los monopolios que están detrás de los recursos naturales de nuestro hermano pueblo venezolano y de paso afectar a Cuba.

El autor del texto plantea que un médico cubano expresó “anónimamente” su opinión. Parece que quieren borrar de un plumazo con tres palabras ambiguas y llenas de malas intenciones la verdadera esencia del internacionalismo cubano que desde sus comienzos, antes y después, dentro de la Revolución Cubana ha tenido como sustento la solidaridad y hermandad entre los hombres, el único “capricho” en toda la historia de los cubanos en Venezuela y el mundo es el de ayudar a quienes más lo necesitan incluso en las peores condiciones, a riesgo de nuestras propias vidas, así puedo citar la ayuda brindada a Irak cuando cada uno de los colaboradores cubanos tenía a su cargo un recurso que proteger y cuando se anunciaban bombardeos cada cual cumplía con la tarea de cuidar algo, así fuera la bala de gas licuado para cocinar, como lo hacía mi estimada enfermera jubilada pinareña y cubana Carmen Luisa Sánchez Ramos antes de bajar para el refugio donde ponían a resguardo sus vidas sin dejar jamás de trabajar para salvar vidas humanas en ese país, hace ya varias décadas, a finales de los años 80 y comienzos de los 90.

Las ganancias de Cuba con la misión de Venezuela es otro tema muy mal enfocado o mejor dicho muy mal intencionado en este texto, pues hace cuestionamientos para perjudicar a ambos países, ¿por qué no cuestiona cuantos millones de dólares ha perdido Cuba por causa del brutal, ilegal y genocida bloqueo de las diferentes administraciones de los Estados Unidos en detrimento de las relaciones entre nuestros dos pueblos, y que intenta rendir por hambre enfermedades a nuestro heroico pueblo.

La frase usada por el escritor del artículo y supuestamente emitida por un profesional cubano bajo anonimato de que “Estamos trabajando bajo mucha presión porque la Misión Médica se encapricha en seguir insistiendo en que no se cierren los servicios y que mantengamos nuestra posición aquí pese a todo”, se la agradecemos pues habla de la esencia de nuestro internacionalismo que no se trata de un viaje turístico sino de un esfuerzo humano y revolucionario de quienes comprometidos con su obra dejan atrás a sus familias en Cuba y van a cumplir dignamente con su deber al precio que sea necesario.

Sigue la estela de veneno de este texto que replico, desgastándose en hacer cuentas de lo que gana o deja de ganar un colaborador cubano en Venezuela y los términos del contrato de trabajo de ellos con el Ministerio de Salud Pública de Cuba, tema que solo incumbe a los interesados en aceptarlo o no, y que supera con creces las ventajas de contratos miserables de médicos y otros profesionales de la salud de otros países, que muchas veces son despedidos sin explicaciones o dependen del partido político que está en el poder para garantizar un trabajo, donde ni siquiera se garantizan los derechos básicos y los cuidados de salud y atención a sus familiares. En Cuba, como sucede en nuestro caso, todo el pueblo y las instituciones de salud, administrativas, políticas y de masas atienden a los familiares de nuestros colaboradores.

En condiciones de hacinamiento viven los pobres de este mundo que muchos no tienen ni un techo para dormir, mucho menos un salario o un plato de comida.

Olvidó el autor de este artículo en el Nuevo Herald mencionar que los colaboradores cubanos que están en Venezuela y otros países del mundo reciben además el pago de su salario en Cuba, siendo beneficiados con ese dinero sus familiares, olvidó también decir que esos familiares se quedaron en Cuba con la garantía de una vida tranquila, estudio y medicina gratuita que también es parte de la riqueza de los cubanos. Pero, lógicamente, no es interés del medio periodístico enemigo decir estas verdades.

Tomando palabras del texto “El internet está malísimo, muchas veces ni siquiera te puedes comunicar. Nos han prohibido salir después de las seis de la tarde, como si fuéramos mano de obra esclava y en la televisión transmiten noticias que no tienen nada que ver con lo que estamos viviendo”, es absurdo que digan que parecen mano de obra esclava, eso no fue dicho por ningún cubano que cumple misión en Venezuela, eso tiene el puño y la letra de la contrarrevolución que se dedica a decir que somos esclavos de una dictadura, pues se contradice con lo planteado anteriormente por ese mismo médico en cuanto al peligro que se corre en la convulsa Venezuela por las constantes acciones terroristas de la oposición, además hace muchos años que se toman medidas de seguridad con los colaboradores cubanos y no solo en Venezuela para cuidar sus vidas, eso nada tiene que ver con esclavitud, invito al autor de este artículo a revisar el concepto de la palabra esclavo en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

Otra información manipulada de este artículo hace referencia a que ha aumentado el éxodo de profesionales cubanos que “huyen” de Venezuela, como si fuera algo novedoso que existió por muchos años una política brutal de robo de cerebros y estimulación de salidas ilegales hacia los Estados Unidos y que ahora trabajan por lograr que continúe beneficiando a los profesionales cubanos, que en su mayoría engrosan allá las filas de los trabajadores en servicios básicos de los hospitales por salarios muy bajos, país en el que la mayoría de los camilleros, auxiliares, enfermeros y obreros son médicos o licenciados formados en Cuba.

Si de indemnizaciones habla este artículo, pues que empiecen por indemnizar a Cuba por los muertos que ha cobrado el bloqueo, por los medicamentos o los marcapasos que no se han podido comprar en el vecino país del norte, que no está preocupado por indemnizaciones ni por la vida de ninguno de nosotros, ni cubanos ni venezolanos.

Continúa citando el periodista refiriéndose a la entrevista anónima: “Salimos de Cuba buscando una mejor vida, pero en Venezuela descubrimos un verdadero infierno”. No será mejor decir que esa experiencia de salir de Cuba a realizar una obra de infinito amor, es también una forma de mejorar económicamente la vida de los colaboradores cubanos, sus familiares y su pueblo?, ¿que ha habido lugares y momentos aún más difíciles como el trabajo de combate contra el Ébola, realizado por los miembros de la Brigada Henry Reeve o los riesgos de enfermedades en Haití y otros muchos?, pero esa no es la intención de ese artículo que divulgó El Nuevo Herald, ese que enarbola la libertad de expresión como paladín de su existencia.

Lo que aprendí en Cuba y asumo por convicción viene de algo que se llama Fidel y que nos enseñó que el camino de las revoluciones no es un camino de rosas y que ser internacionalistas es saldar nuestra deuda con la humanidad!!!

Viva Cuba y Venezuela!!

Vivan Fidel y Chávez!!

Viva la Patria Grande Latinoamericana!!

 

*Anabel Madiedo Oropeza es Médico Cubana internacionalista en Brasil